Los videojuegos y la educación

 No voy a negar que tengo cierta inclinación a favor de los videojuegos. Han sido una parte muy importante de mi vida y a lo largo de los años he jugado una cantidad de horas que algunos podrían calificar de excesivas. Es precisamente por esto que puedo hablar de los videojuegos con la convicción y la seguridad de quien ha pasado muchas horas mirando una pantalla.

Los videojuegos se han convertido en un medio inmenso que mueve cifras escandalosas, tanto a nivel económico como en número de jugadores. Son uno de los medios de entretenimiento más comunes, especialmente durante estos tiempos de cuarentena. La situación es que los videojuegos son una parte importante en la vida de los jóvenes y no tan jóvenes, pudiendo jugar no solo en sus hogares sino en cualquier lugar gracias a sus smartphones y los avances en conectividad mediante red inalámbrica.

Pero, ¿Por qué a los niños y los jóvenes les motivan tanto los videojuegos?. Esta es una pregunta de múltiple respuesta, por un lado los elementos del juego al estar íntimamente ligados con las figuras y elementos de la cultura popular propician un ambiente cercano a la vida de los jóvenes. Por otro lado la fuerte estimulación es un aliciente para los jóvenes acostumbrados a múltiples estímulos simultáneos.

Estas respuestas son las más simples que podemos encontrar y son las que seguramente nos ofrecerían aquellas personas que no están familiarizadas con el mundo del videojuego, sin embargo una persona que juega habitualmente (como es mi caso) ofrecería otra visión, una visión más centrada en las mecánicas.

Las mecánicas de un videojuego son todas aquellas posibilidades que al producirse generan otras posibilidades nuevas, en general son lo que comúnmente denominamos como jugabilidad o opciones jugables.

Estas opciones nos permiten decidir cuál va a ser la secuencia de acción para superar el reto al que nos enfrentamos, Es precisamente esta capacidad de decisión la que genera una sensación de triunfo y recompensa cuando las decisiones que hemos tomado basándonos en nuestras habilidades, destrezas y experiencias en el juego nos permiten superar un reto que quizás llevamos mucho tiempo tratando de superar. Esta relación entre reto-esfuerzo-triunfo-recompensa la que nos enganchemos al juego y disfrutemos jugándolo. Y es precisamente esa relación la que podemos aplicar en la escuela.

De hecho la escuela utiliza un sistema parecido a este, tenemos un reto (contenido que debemos aprender), un esfuerzo (el trabajo y estudio) y una recompensa cuando superamos el reto (calificaciones). Sin embargo, la escuela no motiva tanto a los jóvenes como si lo hacen los videojuegos, y esto es porque las formas son muy diferentes. Mientras que por un lado en los videojuegos encontramos espacios dinámicos y atractivos para aquellas personas acostumbradas a vivir rodeadas de estímulos. En la escuela encontramos espacios monótonos y en muchos casos alienantes. La culpa de esto no es tanto del docente como de la tradición y los modelos escolares imperantes. Estos modelos escolares no fomentan el desarrollo individual, la experimentación o el error como bases para el aprendizaje. Si bien es cierto que existen artículos, investigaciones, trabajos y proyectos escolares que buscan especialmente la inclusión de estos elementos, en la práctica no encontramos demasiados ejemplos en los que estos se apliquen con regularidad.

Es por esto que la escuela no motiva a los alumnos, sin embargo ¿Qué pasaría si implementásemos las nuevas tecnologías y los videojuegos en el aula?. Numerosos estudios coinciden en que estos recursos fomentan la motivación del alumno y su predisposición a trabajar y aprender.

Así pues yo propongo para trabajar el contenido matemático de las áreas, por ejemplo, podríamos utilizar Minecraft (videojuego de mundo abierto y construcción basado en bloques) en lugar de utilizar las típicas cuadrículas sobre papel, para hacer resúmenes y trabajos podríamos utilizar twitter, escribiendo tweets sobre ese tema ajustándose al límite de caracteres.

En este video Gonzalo Frasca habla sobre algunos aspectos que yo he tratado en esta entrada, y la verdad me parece que lo hace de maravilla.

P.D: Me encanta como recrea la famosa frase el poeta Gabriel Celaya "La poesía es un arma cargada de futuro".