Las TIC y el medioambiente

En este blog como ya os podéis imaginar damos mucho bombo a las TIC como herramientas educativas, y es cierto que tienen posibilidades prácticamente infinitas, tanto como para conseguir incluso cambiar el paradigma y el sistema educativo en sí mismo. Sin embargo, estas tecnologías no sólo presentan ventajas, sino que también traen consigo un buen número de inconvenientes, los cuales debemos conocer para poder trabajar en paliar sus efectos a corto-medio plazo, y solucionarlos a largo plazo.

Debemos empezar hablando sobre los problemas intrínsecos que van en relación al uso de las TICs, los dispositivos necesarios para hacer uso de estos nuevos recursos, involucran una serie de gastos y consecuencias que a nivel ambiental son apreciables. Por ejemplo, es evidente el gasto energético que suponen los equipos informáticos y toda la infraestructura que rodea las TIC. Está energía, no siempre se produce por medios ecológicos, o haciendo uso de fuentes renovables. La energía térmica producida mediante el carbón sigue estando muy presente el mundo, y otros tipos de energía como la nuclear, la cual genera una enorme cantidad de residuos radiactivos entre otros que deben almacenarse, son las encargadas de proporcionar una buena parte de la energía que se consume en el planeta. Está producción de energía así como el funcionamiento de los grandes servidores de las  compañías que rigen el sector de Internet, por ejemplo, no sólo traen consigo un increíble gasto energético, sino que además las emisiones de CO2 que se producen como efecto de la producción de dicha energía y del funcionamiento de estos dispositivos son también enormes. Atendiendo a un artículo publicado en el periódico digital "Expansión": el gigantesco consumo de energía se traduce en unas emisiones de CO2 similares a las de la industria de las aerolíneas, es decir, más del 2% de la electricidad del mundo. En cinco años, este porcentaje podría subir al 6%. Cifras realmente preocupantes si tenemos en cuenta que la tendencia va a seguir creciendo a lo largo de los años, a menos que hagamos algo.

De hecho, recientemente, se puso en boca de todos el efecto contaminante de minar bitcoin, un tipo de criptomoneda (Os dejo un vídeo para que entendáis en que consisten las criptomonedas). La cuestión fundamental es que para conseguir un bitcoin, el ordenador debe realizar una serie "x" de procesos matemáticos de criptografía, lo cuál implica una gran carga de trabajo para la computadora, y tiene que competir además con todos los ordenadores del mundo que también están "minando". Todo esto lleva a que los usuarios que quieran minar bitcoins tengan que invertir en construir autenticas estaciones de minería gigantescas en las que montones de ordenadores procesan estas operaciones matemáticas, con el gasto energético y la huella ecológica que ello implica. Podéis leer más acerca de esto en el siguiente artículo.

Por otro lado encontramos una práctica muy habitual a nivel económico y que se relaciona de forma directa con la sociedad, me refiero a la obsolescencia programada .  Actualmente vivimos en la sociedad del consumo, nuestra economía funciona en base a que la población consuma productos cada vez en mayor medida, este consumo exacerbado lleva consigo múltiples consecuencias, en el ámbito de las TICs no iba a ser diferente.  Está sobreexplotación de los recursos naturales para fabricar productos tecnológicos, llevará inevitablemente a un colapso del sistema, ya que estamos produciendo como si tuviésemos recursos infinitos cuando la realidad es que si son finitos. Así pues podemos encontrar minerales como el coltán, el cual se extrae  mayoritariamente de minas en el Congo y África,  saltándose los derechos de los trabajadores y pagando salarios por jornadas exhaustivas de trabajo. Esta es una realidad inherente a la sociedad en la que nos encontramos, una sociedad capitalista y consumista.
 Sin embargo el mayor exponente de estas prácticas lo encontramos en la ya nombrada obsolescencia programada, la cual consiste en una práctica por la que las empresas de forma deliberada reducen el tiempo de vida útil de sus productos a fin de que los consumidores tengan que volver a comprarlos en un lapso menor de tiempo.  Está práctica está regulada y existen múltiples organismos que se encargan de verificar que los productos no han sido manipulados para alterar su vida útil, sin embargo la realidad es que es muy difícil llegar a verificar esto, ya que existen tantas partes en el proceso de producción que un cambio en cualquiera de ellas puede suponer la reducción de esta vida útil. Debido a esta práctica, la extracción de materias primas también se ve afectada puesto que incrementa mucho su impacto en el planeta, planteemoslo de este modo,  no es lo mismo producir un único ordenador que producir quinientos, igual que tampoco es lo mismo que el primer ordenador te dure veinte años a que te dure dos.  Al final entramos en un círculo vicioso, aumentamos la explotación minera y la extracción de materias primas por qué está aumentando el número de consumidores y la demanda, y al mismo tiempo aumenta la demanda porque los productos cada vez duran menos tiempo. Al final es un modelo perfecto para el mercado puesto que el dinero que se mueve es mucho mayor que si los productos Durex en muchísimo tiempo y no hubiese que producir nuevos,  sin embargo no es un enfoque realista, ya que no tiene en cuenta las limitaciones de nuestro planeta ni tampoco los efectos terribles que a largo plazo puede tener sobre el mismo.

Cómo podemos paliar estas cuestiones y quién tiene la responsabilidad real de solucionarlos lo veremos en otra entrada.